Palabra del día

banner parola.jpg
Fecha21/12/2020

Lectura del Día

Can 2, 8-14

Aquí viene mi amado saltando por los montes,
retozando por las colinas.
Mi amado es como una gacela, es como un venadito,
que se detiene detrás de nuestra tapia,
espía por las ventanas y mira a través del enrejado.

Mi amado me habla así:
“Levántate, amada mía, hermosa mía, y ven.
Mira que el invierno ya pasó;
han terminado las lluvias y se han ido.

La flores brotan ya sobre la tierra;
ha llegado la estación de los cantos;
el arrullo de las tórtolas se escucha en el campo;
ya apuntan los frutos en la higuera
y las viñas en flor exhalan su fragancia.

Levántate, amada mía, hermosa mía, y ven.
Paloma mía, que anidas en las hendiduras de las rocas,
en las grietas de las peñas escarpadas,
déjame ver tu rostro y hazme oír tu voz,
porque tu voz es dulce y tu rostro encantador”.

Evangelio del Día

Evangelio según Lucas 1, 39-45

En aquellos días, María se encaminó presurosa a un pueblo de las montañas de Judea y, entrando en la casa de Zacarías, saludó a Isabel. En cuanto ésta oyó el saludo de María, la creatura saltó en su seno.

Entonces Isabel quedó llena del Espíritu Santo y, levantando la voz, exclamó: “¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a verme? Apenas llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó de gozo en mi seno. Dichosa tú, que has creído, porque se cumplirá cuanto te fue anunciado de parte del Señor”.

Palabras del Santo Padre

El evangelista nos dice que «María se levantó y se fue con prontitud» (v. 39) hacia Isabel: apresurada, no en ansia, no ansiosa, sino con prontitud, en paz. «Se levantó»: un gesto lleno de solicitud. Podría haberse quedado en casa para prepararse para el nacimiento de su hijo, en lugar de eso, se preocupó primero de los demás que de sí misma, demostrando de esa manera que ya era una discípula de ese Señor que llevaba en su vientre. El evento del nacimiento de Jesús comenzó así, con un simple gesto de caridad; además, la auténtica caridad es siempre el fruto del amor de Dios. [...] Que la Virgen María nos obtenga la gracia de vivir una Navidad extrovertida, pero no dispersa, extrovertida porque en el centro no está nuestro «Yo», sino el Tú de Jesús y el tú de los hermanos, especialmente aquellos que necesitan ayuda. Entonces dejaremos espacio al amor que, también hoy, quiere hacerse carne y venir a vivir entre nosotros. ÁNGELUS 23 de diciembre de 2018