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Palabra del día

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Fecha29/09/2020

Lectura del Día

Lectura del libro de Daniel
Dn 7, 9-10. 13-14

Yo, Daniel, tuve una visión nocturna:
Vi que colocaban unos tronos
y un anciano se sentó.
Su vestido era blanco como la nieve,
y sus cabellos, blancos como lana.
Su trono, llamas de fuego,
con ruedas encendidas.
Un río de fuego brotaba delante de él.
Miles y miles lo servían,
millones y millones estaban a sus órdenes.
Comenzó el juicio y se abrieron los libros.

Yo seguí contemplando en mi visión nocturna
y vi a alguien semejante a un hijo de hombre,
que venía entre las nubes del cielo.
Avanzó hacia el anciano de muchos siglos
y fue introducido a su presencia.
Entonces recibió la soberanía, la gloria y el reino.
Y todos los pueblos y naciones
de todas las lenguas lo servían.
Su poder nunca se acabará, porque es un poder eterno,
y su reino jamás será destruido.

Evangelio del Día

Evangelio según San Juan
Jn 1, 47-51

En aquel tiempo, cuando Jesús vio que Natanael se acercaba, dijo: “Éste es un verdadero israelita en el que no hay doblez”. Natanael le preguntó: “¿De dónde me conoces?” Jesús le respondió: “Antes de que Felipe te llamara, te vi cuando estabas debajo de la higuera”. Respondió Natanael: “Maestro, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el rey de Israel”. Jesús le contestó: “Tú crees, porque te he dicho que te vi debajo de la higuera. Mayores cosas has de ver”. Después añadió: “Yo les aseguro que verán el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre”.

Palabras del Santo Padre

Jesús es el Hijo de Dios: por eso está perennemente vivo Él como está eternamente vivo su Padre. Esta es la novedad que la gracia enciende en el corazón de quien se abre al misterio de Jesús: la certeza no matemática, pero todavía más fuerte, interior, de haber encontrado la Fuente de Vida, la Vida misma hecha carne, visible y tangible en medio de nosotros. Una fe que san Pablo VI, cuando todavía era arzobispo de Milán, expresaba con esta maravillosa oración: «Oh Cristo, nuestro único mediador, Tú nos eres necesario: para vivir en Comunión con Dios Padre; para convertirnos contigo, que eres Hijo único y Señor nuestro, sus hijos adoptivos; para ser regenerados en el Espíritu Santo» (Carta pastoral, 1955). (ÁNGELUS 29 de junio de 2018)