Palabra del día

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Fecha18/09/2020

Lectura del Día

De la Primera Carta de Pablo a los Corintios 15, 12-20

Hermanos: Si hemos predicado que Cristo resucitó de entre los muertos, ¿cómo es que algunos de ustedes andan diciendo que los muertos no resucitan? Porque si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó; y si Cristo no resucitó, nuestra predicación es vana, y la fe de ustedes es vana.

Seríamos, además, falsos testigos de Dios, puesto que hemos afirmado falsamente que Dios resucitó a Cristo: porque, si fuera cierto que los muertos no resucitan, Dios no habría resucitado a Cristo. Porque si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó.

Y si Cristo no resucitó, es vana la fe de ustedes; y por lo tanto, aún viven ustedes en pecado, y los que murieron en Cristo, perecieron. Si nuestra esperanza en Cristo se redujera tan sólo a las cosas de esta vida, seríamos los más infelices de todos los hombres. Pero no es así, porque Cristo resucitó, y resucitó como la primicia de todos los muertos.

Evangelio del Día

Evangelio según Lucas 8, 1-3

En aquel tiempo, Jesús comenzó a recorrer ciudades y poblados predicando la buena nueva del Reino de Dios. Lo acompañaban los Doce y algunas mujeres que habían sido libradas de espíritus malignos y curadas de varias enfermedades. Entre ellas iban María, llamada Magdalena, de la que habían salido siete demonios; Juana, mujer de Cusa, el administrador de Herodes; Susana y otras muchas, que los ayudaban con sus propios bienes.

Palabras del Santo Padre

Con la venida de Jesús, luz del mundo, Dios Padre mostró a la humanidad su cercanía y amistad. Nos las regaló gratuitamente más allá de nuestros méritos. La cercanía y la amistad de Dios no son mérito nuestro: son un don gratuito de Dios. Debemos cuidar este don. Muchas veces experimentamos que es imposible cambiar de vida, abandonar el camino del egoísmo, del mal, abandonar el camino del pecado, el motivo es que la decisión de conversión se centra sólo en uno mismo y en las propias fuerzas, y no en Cristo y su Espíritu. ¡Es esta – la Palabra de Jesús, la Buena Nueva de Jesús, el Evangelio – lo que cambia el mundo y los corazones! Estamos llamados, por lo tanto, a confiar en la palabra de Cristo, a abrinos a la misericordia del Padre y a dejarnos transformar por la gracia del Espíritu Santo. (ÁNGELUS 26 de enero de 2020)