Palabra del día

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Fecha16/07/2018

Lectura del Día

Is 1, 10-17

Oigan la palabra del Señor, príncipes de Sodoma;
escucha la enseñanza de nuestro Dios, pueblo de Gomorra:
"¿Qué me importan a mí todos sus sacrificios?",
dice el Señor.
Estoy harto de holocaustos de carneros
y de grasa de becerros;
ya no quiero sangre de toros, corderos y cabritos.

¿Quién les ha pedido que me ofrezcan todo eso
cuando vienen al templo para visitarme?
Dejen ya de pisotear mis atrios
y no me traigan dones vacíos
ni incienso abominable.
Ya no aguanto sus novilunios y sábados
ni sus asambleas.

Sus solemnidades y fiestas las detesto;
se me han vuelto una carga insoportable.
Cuando extienden sus manos para orar, cierro los ojos;
aunque multipliquen sus plegarias, no los escucharé.
Sus manos están llenas de sangre.
Lávense y purifíquense;
aparten de mí sus malas acciones.
Dejen de hacer el mal, aprendan a hacer el bien,
busquen la justicia, auxilien al oprimido,
defiendan los derechos del huérfano
y la causa de la viuda''.

Evangelio del Día

Mt 10, 34–11, 1

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus apóstoles: "No piensen que he venido a traer la paz a la tierra; no he venido a traer la paz, sino la guerra. He venido a enfrentar al hijo con su padre, a la hija con su madre, a la nuera con su suegra; y los enemigos de cada uno serán los de su propia familia.

El que ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí; y el que no toma su cruz y me sigue, no es digno de mí.

El que salve su vida, la perderá y el que la pierda por mí, la salvará.

Quien los recibe a ustedes, me recibe a mí; y quien me recibe a mí, recibe al que me ha enviado.

El que recibe a un profeta por ser profeta, recibirá recompensa de profeta; el que recibe a un justo por ser justo, recibirá recompensa de justo.

Quien diere, aunque no sea más que un vaso de agua fría a uno de estos pequeños, por ser discípulo mío, yo les aseguro que no perderá su recompensa''.

Cuando acabó de dar instrucciones a sus doce discípulos, Jesús partió de ahí para enseñar y predicar en otras ciudades.