Benedicto XVI viaja a Alemania para visitar a su hermano enfermo
Alessandro De Carolis – Ciudad del Vaticano
Un viaje a Alemania, desde la tranquilidad del monasterio Mater Ecclesiae en el Vaticano a Ratisbona, para estar junto al hermano de 96 años que está enfermo. Este es el viaje realizado esta mañana por Benedicto XVI, que dejó su residencia y llegó a su país, acompañado por Monseñor Georg Gaenswein, un médico, un enfermero, una religiosa y el Vicecomandante del Cuerpo de Gendarmería del Estado de la Ciudad del Vaticano. El Papa emérito, informó en un comunicado la Diócesis de Ratisbona, aterrizó en Munich alrededor de las 11.45 horas y fue recibido por el Obispo Rudolf Voderholzer que lo acompañó a Ratisbona. Benedicto XVI que, según la declaración del Director de la Oficina de Prensa del Vaticano, Matteo Bruni, permanecerá en Alemania "el tiempo que sea necesario", se quedará en el seminario de la diócesis de Ratisbona. La misma diócesis invitó a los fieles a respetar el momento y, según el deseo de los dos hermanos, a "dejar que este encuentro profundamente personal permanezca privado", por lo tanto sin apariciones públicas.
Con motivo de la llegada del Papa emérito Benedicto XVI a Alemania, el Presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, Monseñor Georg Bätzing, declaró que quiere acompañar con sus oraciones la estancia del Papa y de su hermano Georg. “Estamos felices – dijo – de que él, que ha sido miembro de nuestra Conferencia Episcopal durante varios años, haya vuelto a casa, aunque la ocasión sea triste”.
Muy unidos como siempre, los dos hermanos Ratzinger, separados por tres años de edad, fueron ordenados sacerdotes el mismo día, 29 de junio de 1951 en la Catedral de Freising. Las circunstancias de la vida los han llevado en diferentes direcciones – el brillante músico Georg, el teólogo de rango Joseph – pero el vínculo mutuo siempre se ha mantenido firme. Prueba de ello son, en particular, las numerosas visitas que Georg Ratzinger hizo al Vaticano de 2005 a 2013, durante los años de pontificado de su hermano e incluso después de su renuncia.
Cuando en 2008 la ciudad de Castel Gandolfo quiso ofrecer la ciudadanía honorífica a su hermano, Benedicto XVI se expresó con estas palabras: "Desde que nació, mi hermano ha sido para mí no sólo un compañero, sino también un guía fiable. Siempre ha representado un punto de orientación y referencia con la claridad y determinación de sus decisiones". Palabras de gran afecto, nacidas en una circunstancia feliz y que los sentimientos del momento hacen aún más intensos.
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