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Cardenal Pedro Rubiano Sáenz. Cardenal Pedro Rubiano Sáenz. 

El Papa: El cardenal Sáenz ofreció su vida por la Iglesia

Francisco envió un telegrama de pésame al arzobispo de Bogotá Rueda Aparicio con motivo del fallecimiento del cardenal, fallecido hace dos días, durante muchos años al frente de la archidiócesis de la capital colombiana y del episcopado de su país. Juan Pablo II le entregó el birrete cardenalicio en 2001.

Alessandro De Carolis - Ciudad del Vaticano

Un pastor que "con su dedicación y trabajo ofreció su vida por el bien de la Iglesia". Con estas palabras recuerda el Papa al cardenal Pedro Rubiano Sáenz, fallecido hace dos días en Bogotá a los 91 años de edad. En un telegrama enviado al actual arzobispo de la capital colombiana monseñor Luis José Rueda Aparicio, Francisco encomienda el alma del cardenal a la intercesión de la Virgen de Chiquinquirá y bendice a la Iglesia local 'como signo de fe y esperanza en Cristo resucitado'.

Pastor en años difíciles

El Papa Pablo VI lo había nombrado obispo en 1971, cuando sólo tenía 38 años, y la Iglesia colombiana se enriqueció con él como nueva figura de un pastor atento a las convulsiones de su país, en las duras y sangrientas décadas de la guerra interna entre el Gobierno y los milicianos de las Farc y el Eln y la lucha entre los carteles del narcotráfico. El ministerio del cardenal Pedro Rubiano Sáenz, nacido en Cartago en 1932, comenzó como joven seminarista en el Seminario de Popayán y como estudiante de teología en la Universidad canadiense de Laval de Québec. Recorrió el continente entre el norte y el sur para especializarse en catequesis y Doctrina Social de la Iglesia, hasta su ordenación sacerdotal en Cali en 1956.

Trabajar por la paz en el país

Sus primeras experiencias pastorales le formaron en varios frentes. Fue párroco, fundó dos parroquias, fue ecónomo y vicario episcopal, hasta que desde Roma fue nombrado obispo de Cúcuta. Se convirtió en arzobispo en 1983 y en febrero de 1995 fue llamado a dirigir la sede primada, la archidiócesis de Bogotá. Durante estos años se multiplicaron sus compromisos en el episcopado colombiano, del que más tarde fue vicepresidente y luego presidente durante dos periodos sucesivos, de 1990 a 1996 y luego de 2002 a 2005. El cardenal -entretanto Juan Pablo II lo creó cardenal en 2001- intensificó su trabajo por la pacificación del país y sus preocupadas declaraciones resuenan no pocas veces ante la deriva violenta de las noticias. "Nos entristecen y preocupan", dijo en 2005, "los actos criminales que se registran cada día: homicidios, muertes violentas, asesinatos selectivos en las ciudades, jóvenes muertos en los estadios, niños inocentes golpeados y violados... todos hechos sangrientos" que "nos sitúan como uno de los países donde menos se respeta la vida humana".

Los últimos años

Anteriormente también se había ocupado del fenómeno migratorio, con su trabajo en la Comisión Católica Internacional para las Migraciones y los Refugiados, y su labor pastoral le llevó a crear el Banco Arquidiocesano de Alimentos, del que se benefician miles de personas cada año. De mayo de 2003 a julio de 2007 fue presidente del Comité Económico del CELAM y en 2010 pasó a ser emérito de Bogotá.

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17 abril 2024, 11:21