Buscar

Cardenal Charles Maung Bo, arzobispo de Yangon (Myanmar) y Presidente de la FABC Cardenal Charles Maung Bo, arzobispo de Yangon (Myanmar) y Presidente de la FABC

Cardenal Bo: Sigamos el llamamiento del Papa a la "no violencia activa"

El arzobispo de Yangon, Myanmar, subraya la necesidad de acoger la constante invitación de Francisco: "Los conflictos en todo el mundo nos recuerdan la inclinación de la naturaleza humana a pensar que las soluciones sólo pueden encontrarse a través de las armas y la guerra".

Deborah Castellano Lubov - Ciudad del Vaticano

“Ir contra corriente y adoptar una misión de no violencia activa es la clave para trabajar por un mundo más pacífico”. Es lo que afirma el cardenal Charles Maung Bo, arzobispo de Yangon (Myanmar) y Presidente de la Federación de Conferencias Episcopales Asiáticas (FABC), en una nota publicada recientemente sobre la promoción de una "misión de no violencia activa". “Muchos documentos, exhortaciones, declaraciones y acciones del Papa Francisco están imbuidos del espíritu y la dinámica de la no violencia”, se lee en el comunicado. El Papa nos ha enseñado "sin cesar" que vivimos en medio de "una cultura global de violencia" que "domina, deshumaniza y destruye nuestra casa común y la familia humana", especialmente a los más vulnerables que actualmente se encuentran en los márgenes, afirma Bo. El Papa, destaca, "insistió en que debe haber otro camino", "más allá de la violencia", para resolver los conflictos, promover la justicia, sanar la tierra, salvaguardar a los inmigrantes y poner fin a las guerras.

Enfoque radicalmente diferente

Esta “otra vía” no es “evasión, apaciguamiento, agresión o ataque”. Según el cardenal Bo, se trata de "una forma radicalmente diferente de estar en el mundo, de trabajar por la paz, de construir movimientos y sistemas no violentos y de ser fieles a la visión de Jesús", es decir, a través de la "no violencia activa", como subrayó el Papa en el Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 2017.

El cardenal Bo también lamenta la tendencia de la naturaleza humana a utilizar siempre la violencia. “Parece – se lee en la nota – que el ADN del ser humano es favorable a la violencia. Veamos a los dos primeros hijos de Adán y Eva: un hermano que mata al otro hermano. Ucrania pide a Occidente más armas. Myanmar pide municiones a Rusia, China e India”. “La violencia y el trauma experimentados en este momento por el pueblo de Israel y Palestina, así como por el pueblo de Myanmar y muchos otros en el mundo - observa además el cardenal - subrayan la necesidad fundamental de que la humanidad haga un cambio dramático desde un paradigma global de guerra y violencia a un paradigma de paz justa y no violencia".

Integrar explícitamente la no violencia evangélica

Mientras la crisis en Tierra Santa se agrava, junto con la "proliferación de la destrucción en otros lugares", añade el Prelado asiático, los participantes en el Sínodo pueden "contribuir a un mundo más justo y pacífico, instando a la Iglesia universal a integrar explícitamente la no violencia evangélica en nuestra vida diaria" a través de las diócesis, parroquias, escuelas, universidades, seminarios, órdenes religiosas y asociaciones voluntarias.

Inspirar la adopción global

"Una enseñanza oficial de la Iglesia sobre la no violencia y la paz justa, y la inclusión en el Catecismo de la Iglesia Católica de una sólida descripción de la no violencia, de las principales prácticas no violentas clave y de las normas de una ética de paz justa, profundizarían la comprensión y el compromiso de los católicos hacia la no violencia evangélica y ayudaría a inspirar una adopción global de la no violencia”, explica Bo.

Estrategia para contrarrestar la "cultura de la violencia"

La no violencia, continúa el Presidente de los obispos asiáticos, se refiere a "un estilo de vida que 'desaprende' las creencias y los modos de violencia y 'aprende' y 'practica' una parte de nuestra identidad fundamental como seres no violentos". También es “una estrategia para el cambio sistémico que moviliza el poder popular para desmantelar las políticas, pero también los sistemas de racismo y todas las formas de violencia estructural”. Además, concluye, es un paradigma de plenitud de vida, “que desafía y transforma fielmente la “cultura de la violencia”.

Gracias por haber leído este artículo. Si desea mantenerse actualizado, suscríbase al boletín pulsando aquí

26 octubre 2023, 14:44