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Ralph Northam, Gobernador de Virginia. Ralph Northam, Gobernador de Virginia. 

7 afroamericanos asesinados en 1951 reconocidos caso de justicia errónea

Su historia es un ejemplo de los componentes injustos y con sesgo racial del uso de la pena de muerte en la historia de Estados Unidos y en los lugares del mundo en los que aún se practica.

Roberta Barbi - Ciudad del Vaticano

El Gobernador de Virginia, Ralph Northam, reconoció el 6 de septiembre la injusticia póstuma de las condenas a muerte de siete afroamericanos, todos ellos muy jóvenes en aquel momento, con poco más de veinte años: Booker Millner, Francis DeSale Grayson, Frank Hairston, Howard Lee Hairston, James Luther Hairston, Joe Henry Hampton y John Clabon Taylor. Estos chicos fueron conducidos a la horca en 1951, acusados de violar a una mujer blanca. En los últimos años, este caso ha dado lugar a oleadas de llamamientos de todo el mundo pidiendo clemencia. Es un episodio emblemático de la disparidad racial en el uso de la pena capital en Estados Unidos -donde aún se practica-, demostrada por muchos otros ejemplos de personas condenadas a muerte en el pasado por el color de su piel.

Northam hizo el anuncio de la tardía amnistía tras reunirse con decenas de descendientes de aquellas víctimas del estado, acompañados por sus abogados. Un indulto concedido no tanto en nombre de la verdadera o presunta culpabilidad del acusado, sino en reconocimiento público y debido de los profundos defectos de la justicia penal estadounidense de la época.

Los "Siete de Martinsville", como se conoció posteriormente a los convictos, fueron acusados de violar el 8 de enero de 1949 a Ruby Stroud Floyd, una mujer blanca de 32 años que vivía en una ciudad predominantemente negra.

Todos ellos fueron juzgados por un jurado totalmente blanco en muy poco tiempo, y cuatro de los presuntos asesinos fueron a la silla eléctrica el 2 de febrero de 1951. La misma suerte corrieron los demás tres días después. Casi todos eran analfabetos, tenían que firmar confesiones por escrito que les resultaban incomprensibles y no contaban con un abogado que les asistiera.

En aquella época, la violación era un delito capital, pero se invocaba casi exclusivamente para los condenados afroamericanos. De hecho, desde 1908 -cuando Virginia introdujo la silla eléctrica- hasta 1951, los 45 hombres acusados de violación y condenados a muerte en el estado eran de piel oscura.

El gobernador Northam ha concedido 604 indultos desde que asumió el cargo en 2018. Su compromiso con una justicia justa y transparente le llevó a firmar en marzo la abolición de la pena de muerte en Virginia, un estado que hasta entonces era el segundo con mayor número de ejecuciones de la historia de Estados Unidos, y que ahora es el vigésimo tercero en abolirla por ley.

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10 septiembre 2021, 13:06