Campaña #HazMemoria: La contribución de la Iglesia al bien común
Ciudad del Vaticano
La sexta semana de la campaña #HazMemoria que la Conferencia Episcopal Española ha puesto en marcha junto con los medios de comunicación Ecclesia, Trece y COPE, está dedicada a la aportación social, cultural y económica que la Iglesia ha hecho al país a través de su patrimonio. Así lo informa un comunicado difundido ayer en la página web del Episcopado, subrayando que se desarrollará hasta el 30 de junio y está dividida en doce episodios que pretenden presentar la vida real de la Iglesia, las actividades que realiza, las personas que las llevan a cabo y las historias que hacen visible su acción en el mundo.
Desde que comenzó la labor de la Iglesia en España, hace más de 20 siglos, su contribución ha sido inmensa, aportando un patrimonio de gran valor social, cultural y religioso. Hay innumerables catedrales, capillas, basílicas e iglesias repartidas por el territorio, que también han dado lugar a movimientos artísticos en diferentes momentos de la historia. Las mejores expresiones de la historia del arte -recuerda el episcopado- tienen lugar en las iglesias cristianas, visibles no sólo en los edificios, sino también en pinturas, esculturas, retablos, obras literarias o piezas musicales, nacidas precisamente del genio creador inspirado en el cristianismo, en el románico, el gótico, el barroco, el renacimiento, etc.
El patrimonio "tangingle e intangible" de la Iglesia
Así, detrás de muchas de estas obras, que han pasado a formar parte de la historia de España, está, en muchos casos, el impulso de la Iglesia, que a través de obispados y concilios; siempre con la colaboración de artistas y artesanos locales, ha configurado una cultura ligada al cristianismo. Gracias también a la contribución de los fieles, que han dado su patrocinio y han participado en la construcción, pero también en la restauración de todas estas obras, hasta la actualidad.
En todas partes, "el patrimonio tangible ha creado también un patrimonio intangible", como el de las peregrinaciones y las fiestas populares. Y estas "propiedades" del pueblo de Dios, tanto tangibles como intangibles, benefician a la sociedad en su conjunto hoy en día, ya que atraen a los visitantes y al turismo, y sostienen una industria cultural de gran valor. De ahí el compromiso de la Iglesia de dedicar una parte importante de sus recursos a la conservación de este patrimonio, para que siga siendo testimonio de la presencia del pueblo cristiano.
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